Actualmente, los datos son uno de los activos mejor valorados en una empresa. Cada interacción digital, cada proceso administrativo o cada servicio público genera una información que puede acabar convirtiéndose en conocimiento útil, innovación y mejora continua. Pero ¿qué necesitamos para que esto ocurra? Necesitamos formas seguras, estructuradas y colaborativas de compartir datos. Ahí es donde entran en juego los espacios de datos que son ecosistemas digitales donde diferentes organizaciones pueden compartir datos de forma segura, manteniendo el control sobre su uso y respetando la privacidad de los usuarios.
Los espacios de datos permiten que los datos fluyan entre diversos actores que pueden ser administraciones, empresas, centros de investigación o ciudanía, sin perder trazabilidad ni control. Son una pieza clave para avanzar hacia una economía del dato más justa, eficiente y colaborativa.
Desde el Centro de Referencia de Espacios de Datos (CRED), trabajamos para facilitar la creación de estos entornos y para que puedas sacarle el máximo partido se ha desarrollado el Kit Espacios de Datos, una herramienta que ayuda a entidades públicas y privadas a dar sus primeros pasos en los espacios de datos.
Antes que nada, es importante aclarar que los espacios de datos no son una solución tecnológica sino una infraestructura estratégica para desarrollo económico, social y digital. Algunos de los beneficios más importantes que debes tener en cuenta para aprovecharlos bien son:
Fomento de la colaboración: los espacios de datos permiten que distintos actores trabajen juntos en la generación de los datos compartidos creando sinergias y soluciones más completas. Por ejemplo, en el ámbito de la salud, un espacio de datos puede conectar hospitales, centros de investigación y administraciones para mejorar la atención sanitaria y tener mejores diagnósticos en menos tiempo.
Confianza y gobernanza: cada participante define cómo se usan los datos, bajo un marco de gobernanza que establece roles, responsabilidades y condiciones de uso. Esto genera confianza y reduce los riegos asociados al intercambio de información.
Impulso a la innovación: al facilitar el acceso a datos relevantes, se abren nuevas oportunidades de desarrollo de productos, servicios y modelos de negocio. Por ejemplo, en sectores como la movilidad o la energía, los espacios de datos pueden ser el motor de soluciones más sostenibles y personalizadas. Por ejemplo, imagina un proyecto que propone crear un espacio de datos para fomentar la movilidad sostenible en el transporte de personas que permitirá a aerolíneas, compañías ferroviarias y empresas de alquiler de vehículos acceder a datos sobre los patrones de movilidad para optimizar sus operaciones y así reducir las emisiones.
Eficiencia y toma de decisiones: compartir datos evita duplicidades, mejorando la calidad de la información y además permite tomar decisiones mejor informadas y basadas en la evidencia. Esto se traduce en procesos más ágiles y servicios más eficaces.